Los Brackets son uno de los tratamientos de ortodoncia más utilizados, sobre todo en adolescentes. Sirven para corregir o eliminar algunos defectos relacionados con la mordida del paciente o el alineamiento de los dientes, como los apiñamientos, la mordida abierta, la mordida cruzada, las separaciones entre dientes (conocidos técnicamente como diastemas) o la sobremordida, entre otros.
Normalmente están hechos de metal, aunque existen otras alternativas más estéticas como los Brackets de cerámica, de resina o de otros materiales.
Sus componentes son tres:
El arco metálico es la parte activa del conjunto, la que realmente ejerce la fuerza necesaria para empujar los dientes a la posición que deben ocupar. La función de los brackets es, simplemente, transmitir a los arcos la fuerza para que sean realmente efectivos.
Esta opción de tratamiento requiere tener más cuidados a nivel de higiene al tratarse de un aparato fijo, pues no se pueden retirar ni para comer ni para lavarse los dientes. En nuestro blog puedes informarte de como tener una correcta higiene dental con ortodoncia fija. Sin embargo, al ser fijos, puede que sean la mejor opción en niños, ya que con la ortodoncia invisible no podemos asegurar que los más pequeños lleven los alineadores todo el tiempo necesario.
Otra desventaja que puede ser decisiva para muchos es el componente estético. Los Brackets son muy aparatosos y visibles, mientras que con la ortodoncia invisible los alineadores son mucho más discretos.